En el año 2022 estuve haciendo un curso virtual en Coursera sobre El Impacto de la Tecnología. Allí aparecía la siguiente gráfica, en la que vengo pensando desde hace algunos días y que conviene tener siempre presente en nuestra vida:
La proporción de cada elemento no es exacta, pero seguro que esa es nuestra realidad: sabemos muy poco, mucho menos de aquello que no sabemos. Y de eso que no sabemos, es poco lo que sabemos que no sabemos. Y siempre será muchísimo más lo que no sabemos que no sabemos.
Aprendemos a diario, olvidamos y hay cosas que aprendemos que pierden vigencia. En ese proceso de aprendizaje nos damos cuenta de muchas cosas que no sabemos y deberíamos o nos gustaría saber. Pero es tan amplio el universo y tan amplio el conocimiento humano, que existan cosas que no sabemos y que ni siquiera somos conscientes de no saberlo.
Debemos reconocer nuestra ignorancia y seguir aprendiendo todos los días...
Con el auge de la inteligencia artificial, muchos aseguran que la educación cambiará muy rápido y los cambios serán tan profundos que hay muchos riesgos. La verdad es que las TIC siguen cambiando muy rápido y de manera drástica y la educación formal requiere reconocerse ignorante y aceptar la necesidad de cambios. Ojalá ese reconocimiento de ignorancia empiece por los poderosos, quienes deciden o impiden los cambios sobre el currículo y el futuro de la educación.
Con el auge de las redes sociales, todo el mundo expresa su punto de vista, su opinión sobre todo. Pero se fundamentan en lo que saben y sesgados en su ignorancia vienen creando un futuro que no es prometedor, porque toman decisiones y apoyan decisiones y acciones sin aceptar lo que otras personas pueden aportar, logrando juntar las diferencias en lugar de ampliar las brechas que nos separan.
Debemos insistir en modelos abiertos y colaborativos, para que la gráfica cambie y juntos ampliemos el espectro de nuestro conocimiento. Como en el poema de Machado:
LXXXV
¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.