martes, 14 de enero de 2020

Sobre alfabetos, lenguas, dialectos, leer, escribir, conocer y perdurar...

Fuente http://www.parquesnacionales.gov.co

La historia que conocemos, la que nos contaron, dice que la comunicación entre los seres humanos fue inicialmente oral y lo fue por muchísimos años (posiblemente desde los Neanderthal, hace unos 200.000 años o más). Posteriormente, según la evidencia, los antiguos humanos comenzaron a expresarse artísticamente y surgieron las pinturas rupestres. Por ejemplo, en Colombia se tiene el caso del Parque Nacional de Chiribiquete, con pinturas de más de 19.500 años y la pintura más antigua, hasta ahora, data de hace 44.000 años en Indonesia.

Las pinturas rupestres fueron el inicio de la comunicación escrita, la cual apareció hacia los años 3300 AC, con escrituras como la Cuneiforme, Egipcia y China. Esta comunicación escrita fue manual o manuscrita y restringida, hasta que en el año 1450 DC Gutenberg inventó la imprenta y se masificó el acceso a datos e información. El computador e Internet aparecieron quinientos (500) años después, en 1950 y luego, en 1990, surgió la web, la WWW, inventos humanos que han cambiado la manera en que nos comunicamos, compartimos datos e información y en la manera como hacemos que las ideas perduren.

Mientras a "las palabras se las lleva el viento", "lo escrito, escrito está", dicen los refranes populares. La palabra hablada es efímera, depende mucho de la memoria humana a largo plazo y de la tradición oral y en muchos casos el mensaje va cambiando en la medida que fluye de una persona a otra. En contraste, la palabra escrita perdura y eterniza. Pero en la actualidad, con las TIC, lo escrito se puede borrar o cambiar y la palabra hablada se puede grabar y hacerla que perdure en el tiempo y sin cambios. Para algunos, las TIC están volviendo obsoleto casi todo, incluyendo esos dos viejos refranes. Disrupción le dicen a eso...

Pero, aunque las TIC vuelven todo obsoleto, también ayudan a que las cosas obsoletas perduren en el tiempo: los alfabetos, las lenguas, los dialectos, lo escrito, las imágenes, los sonidos, lo hablado, lo audiovisual y hasta los aromas, todo se puede grabar en un microchip y reproducirlo en cualquier momento. La escritura de los años 3300 AC salvó tradiciones orales milenarias que hoy conocemos, la imprenta rescató textos manuscritos milenarios y el computador, Internet y la web hoy lo siguen haciendo. Dicen que en el futuro enchufarán un microchip en el cerebro de un recién nacido, para que tenga en su cabeza la infinidad de datos e información que generamos a diario, el Big Data de moda por estos días...

Aparecieron estas ideas leyendo varios artículos de Internet que tenía guardados en mi correo electrónico. Uno de esos artículos lista varios diccionarios en línea y en formato PDF sobre lenguas indígenas. Otro menciona un libro reciente sobre el dialecto cucuteño, que me recordó una revisión que hice hace unos años sobre refranes.

ConTICtualizando, el sueño del Memex de Vannevar Bush [1] es una realidad y cada día crece más el acervo digital de conocimiento humano. Pero en realidad ni el papel y la tinta, ni la imprenta, ni las TIC son lo importante, pues son simples herramientas. Lo importante es la palabra, esa es la que perdura, por eso leer y escribir y hablar y escuchar son las tareas clave...De nada sirve que Internet democratice las comunicaciones si no escribimos, de nada sirve que la gente escriba si no leemos, de nada sirve que leamos y escribamos si no conversamos y llegamos a acuerdos y emprendemos acciones para cambiar el mundo, para salvarlo....


[1] As we may think, Vannevar Bush, 1945. Versión original en inglés https://web.archive.org/web/20190803055222/http://web.mit.edu/STS.035/www/PDFs/think.pdf.