Estaba buscando y leyendo en Internet sobre algo que ya no recuerdo y me encontré con un sitio donde hablaban sobre las viejas cartillas con las que se aprendía a leer desde mucho antes de los tiempos de los profesores de nuestros profesores y hasta nuestros tiempos. Justo por (¿o a pesar de?) ser un sitio de gobierno lo guardé en WebArchive.
Yo aprendí a leer en los años ochenta del siglo pasado y alcancé a conocer tres de las cuatro cartillas, incluso conservo una versión vieja de una de ellas. A continuación sus carátulas, autores y año aproximado de aparición.
Cartilla Charry, de Justo Víctor Charry 1917 |
Alegría de Leer, de Juan Evangelista Quitana 1930 |
Coquito, de Everardo Zapata Santillana 1955 |
Nacho Lee, de Melanio Hernández 1973 |
Estas cartillas eran los materiales educativos de las épocas anteriores al computador, junto con las hojas impresas en mimeógrafo o con sellos. En contraste, los cambios de los últimos cuarenta años son difíciles de enumerar y describir, al punto que se prefiere usar la expresión "disruptivo" para mencionarlos, con lo cual se quiere trasmitir la idea de muchísimos cambios, con muchísima frecuencia y muchísimas transformaciones.
En ese sentido, hay quienes añoran esas épocas pasadas. Hay quienes piden regresar el tiempo y repetir las cosas que se hacían antes y tal como se hacían antes. Y también están los que exigen cambiar todo y borrar totalmente la historia. Yo me cuento más en el medio o en ambos lados al mismo tiempo (el multiverso ;).
Curiosamente hace poco apareció la noticia sobre Suecia, donde el Ministerio de Educación decidió bajarle un poco a la tendencia de digitalización y "regresar" al texto guía clásico (copia en WebArchive). La noticia se titula "¿Demasiado rápido demasiado pronto? Suecia se aleja de las pantallas en las escuelas". Y agrega que "basándose en el consejo de los médicos, el gobierno de centroderecha quiere reducir la cantidad de tiempo que los estudiantes pasan frente a las pantallas y traer los libros de texto de vuelta a las aulas.".
Amanecerá y veremos, dice el refrán...
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