lunes, 4 de noviembre de 2019

Sobre el negocio de los Rankig y el debate del Rigor y la Relevancia Práctica

En alguna época leí mucho sobre Rigor y Relevancia, un debate permanente e interminable sobre los fines prácticos de la Universidad y la Ciencia y sobre la responsabilidad ética de los científicos, los académicos y los profesores universitarios. ¿Qué es más importante, el rigor o a relevancia práctica. Publicar muchos artículos y tener muchas citaciones o contribuir a resolver los problemas reales, cotidianos, prácticos? Imaginen una Universidad donde mejoran los indicadores y los ranking: aumenta la cantidad de profesores con doctorado; aumenta la productividad en revistas, libros y eventos; aumentan los registros de propiedad intelectual. Pero las prácticas cotidianas no cambian, siguen siendo las mismas de hace 20, 40 o 60 años, siguen teniendo los mismos problemas de siempre y sin mejoras ni avances en su solución. Incluso, no hay transformación digital, que es la palabra de moda o el tópico de tendencia.

Ante este tipo de situaciones paradójicas siempre repito el refrán popular: "ni tanto que queme al santo, ni tampoco que no lo alumbre". Debe lograrse un equilibrio y debe reflejarse la rigurosidad en la práctica. Eso no implica que esté en el extremo de quienes juzgan como vanidad la ciencia sin relevancia práctica, como la Vicepresidenta actual. Textualmente dijo la Vicepresidenta "El conocimiento por el conocimiento no es más que vanidad. El conocimiento que sirva para el desarrollo de la sociedad, del ser humano, es lo que realmente tiene esta motivación que nos tiene a todos nosotros hoy aquí". No. No estoy en ese extremo ni estaré nunca. Por el contrario, apoyo la idea que le oí en alguna ocasión la profesora Lueny Morell: "siempre será necesario e importante apoyar a quienes estudian las pestañas de las moscas, sin importar en qué ayude eso a la humanidad".

Tampoco estoy en el extremo de quienes consideran que lo importante es alcanzar y mejorar los indicadores e ingresar a los ranking. Ese es otro extremo peligroso. Pues los ranking suelen tener asociado todo un negocio que de alguna manera los hace ilegítimos. Ese negocio, tanto del lado de quienes manejan los ranking (las grandes empresas consultoras) como del lado de quienes los aprovechan para hacer crecer su bolsillo o su buen nombre (las universidades y los profesores), termina por desvirtuar a la Universidad y a la Ciencia. Y en esa palabra negocio podría estar el problema. No se puede ver todo con números y signos de moneda, no se puede pensar todo como un negocio. "Monetizar" llaman los expertos a eso, pero en realidad lo que se requiere es "Humanizar".

ConTICtualizando, con el auge de las redes sociales basadas en TIC lo que importan son los indicadores y las tendencias, la cantidad de click, el impacto mediático. Hay un negocio en torno a una falsa realidad que emerge del mundo virtual, de Internet, sin pensar en las consecuencias, que a veces son tan graves como elegir en un cargo a la persona equivocada, simplemente guiados por la influencia de las redes, la influencia de unos pocos "influencer". Y hay quienes consideran que debemos alinearnos a ese modelo, a ese sistema, pues hay que ser "pragmáticos" o "prácticos" y mediáticos. Yo, en cambio, considero que debemos ser "trascendentales" o "rigurosos", procurando ser pertinentes, abordar los problemas del contexto y contribuir a su solución. Lo de los indicadores y los ranking llegará por añadidura... o no llegará nunca... eso depende del negocio y la Universidad no ha sido, ni es, ni podrá ser nunca un negocio...

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