El cuarto capítulo de Atrapados de Nicholas Carr se titula "Efecto Degenerativo". El capítulo inicia con ésta cita (Figura 1) del matemático y filósofo británico Alfred North Whitehead: "La civilización avanza aumentando el número de operaciones importantes que podemos realizar sin pensar en ellas" ("Civilization advances by extending the number of important operations which we can perform without thinking of them").
Figura 1: Cita Alfred North Whitehead - Fuente Wikipedia |
Desarrollando la idea de la cita anterior: podemos dividir sin pensar en las multiplicaciones, multiplicar sin pensar en las sumas, sumar sin pensar en los números. En general, resolvemos problemas complejos por abstracción, sin pensar en los detalles, usando conceptos primitivos y procesos cognitivos elementales pero indispensables, como la memoria de corto y largo plazo, la atención, la concentración, entre muchos otros. Esos conceptos primitivos y esos procesos cognitivos elementales los aprendemos y desarrollamos en la escuela, el colegio, la universidad y la cotidianidad personal y laboral. Nuestro cerebro es capaz de recibir datos de nuestros sentidos, transformarlos en información útil y en conocimiento permanente, que usamos para tomar decisiones y actuar, para vivir. Nuestro cerebro también es capaz de crear y modificar, de innovar, de manera iterativa e incremental, como ir construyendo una escalera y al mismo tiempo escalar con ella. En la medida que crea, nuestro cerebro olvida y recuerda, pues tenemos una capacidad finita de memoria. Solemos olvidar lo básico, lo primitivo, pero no es un olvido definitivo, simplemente podemos dejar de pensar en los detalles, nos automatizamos. Es allí donde reside el postulado de Whitehead: nuestro aprendizaje es una construcción permanente, es como una escalera
hecha de libros (Figura 2), vamos subiendo, avanzando, progresivamente y atrás van quedando los libros de la base de la escalera.
La cita de Whitehead se originó en un contexto matemático, pero se refería de manera general a cualquier situación del comportamiento humano, se refería a lo que llamamos automatización y que hoy ha desembocado en la revolución de las TIC. Esto agrega una capa de abstracción y complejidad que permite a la humanidad avanzar mucho más lejos en conocimiento y en tecnología, en progreso o desarrollo de la industria, de la economía y la sociedad. Hoy es tan grande el progreso de las TIC que consiguen desplazar o remplazar al humano, en especial porque las TIC no se cansan, no sienten, no piensan (y tampoco cobran), simplemente saben hacer más rápido lo que los humanos sabemos hacer y programamos que hagan.
Desafortunádamente, es posible que, por la automatización excesiva y descontrolada, las TIC nos esten quitando (o ya nos quitaron) muchas capacidades básicas, muchos procesos cognitivos elementales. No obstante seguimos progresando, ahora con más sentidos artificiales gracias a los muchos sensores del Internet de las Cosas (IoT), con más memoria y mayor capacidad de procesamiento en la nube (cloud), con más facilidad de búsqueda y visualización multimedia en la web (www). Con las TIC modernas estamos equipados para procesar todos los datos de toda la historia de la humanidad, incluso los que aún no se han generado, eso que llaman Big Data... Pero ese aparante y tentador progreso posiblemente implica sacrificios que como humanos no deberíamos permitirnos, al menos no sin pensarlo un poco más... Quizás por eso es tan importante que los humanos nunca olvidemos hacer las cosas que encomendamos a las TIC y que procuremos hacerlas cada vez mejor, aunque actualmente es algo en discusión y es lo que propone Carr, que se abra el debate académico y profesional en ese sentido.
Figura 2: Escalera de libros. Fuente https://thumbs.dreamstime.com/b/knowledge-stair-25974988.jpg |
La cita de Whitehead se originó en un contexto matemático, pero se refería de manera general a cualquier situación del comportamiento humano, se refería a lo que llamamos automatización y que hoy ha desembocado en la revolución de las TIC. Esto agrega una capa de abstracción y complejidad que permite a la humanidad avanzar mucho más lejos en conocimiento y en tecnología, en progreso o desarrollo de la industria, de la economía y la sociedad. Hoy es tan grande el progreso de las TIC que consiguen desplazar o remplazar al humano, en especial porque las TIC no se cansan, no sienten, no piensan (y tampoco cobran), simplemente saben hacer más rápido lo que los humanos sabemos hacer y programamos que hagan.
Desafortunádamente, es posible que, por la automatización excesiva y descontrolada, las TIC nos esten quitando (o ya nos quitaron) muchas capacidades básicas, muchos procesos cognitivos elementales. No obstante seguimos progresando, ahora con más sentidos artificiales gracias a los muchos sensores del Internet de las Cosas (IoT), con más memoria y mayor capacidad de procesamiento en la nube (cloud), con más facilidad de búsqueda y visualización multimedia en la web (www). Con las TIC modernas estamos equipados para procesar todos los datos de toda la historia de la humanidad, incluso los que aún no se han generado, eso que llaman Big Data... Pero ese aparante y tentador progreso posiblemente implica sacrificios que como humanos no deberíamos permitirnos, al menos no sin pensarlo un poco más... Quizás por eso es tan importante que los humanos nunca olvidemos hacer las cosas que encomendamos a las TIC y que procuremos hacerlas cada vez mejor, aunque actualmente es algo en discusión y es lo que propone Carr, que se abra el debate académico y profesional en ese sentido.
Carr aterriza el problema citando a Raja Parasuraman: "la automatización no sólo suplanta la actividad humana, sino que, con frecuencia, la cambia, con o sin intención, de acuerdo a lo establecido por los diseñadores". Esto implica regresar a la discución ética: ¿cuál es la intención real del mercado de las TIC? ¿Se han considerado las consecuencias humanas del mercado TIC (industria, usuarios y academia)? Carr expone dos consecuencias fundamentales: la complacencia automatizada y el sesgo por la automatización y presenta evidencias de los riesgos que generan las TIC para la humanidad: fallas en pilotos de aviones y barcos, diseños de arquitectos e ingenieros, decisiones de médicos y jueces, entre muchas otras situaciones donde el uso ciego y servil de las TIC ha ocasionado grandes equivocaciones. Por ejemplo, previamente ya se había comentado en éste blog un caso sobre el uso de las calculadoras en las escuelas.
Hay dos ejemplos muy interesantes que Carr expone para soportar sus argumentos: las búsquedas en Google y el uso de herramientas automáticas por parte de los programadores de computadores, capaces de generar código fuente de manera automática. En ambos casos lo que se observa es que la mente se vuelve perezosa. Para el caso de las búsquedas, textualmente Carr cita una entrevista a Amit Singhal, trabajador de Google, quien afirma que "cuanto más inteligente es la máquina, más perezoso es el humano (The more accurate the machine gets, the lazier the questions become)". Para el caso de la generación automática de código, es decir, robots programadores de computadores, Carr cita el blog de Vivek Haldar (herramientas capaces, mentes atrofiadas / sharp tools, dull minds) corroborando la pereza que causan las TIC, incluso en quienes tienen como profesión desarrollar TIC.
Reflexionando sobre los argumentos y evidencias de Carr en nuestra cotidianidad, vemos que los móviles nos han robado la atención, el foco, así como la capacidad de memoria a corto y largo plazo: niños, adolescentes, adultos y ancianos ya no logran memorizar la misma cantidad de datos e información que en otras épocas y tampoco consiguen concentrarse periodos largos de tiempo, incluso cuando no hay notificaciones del móvil. Además, tampoco consiguen crear por sí mismos, no consiguen aprender. Por eso Carr lo llama efecto degenerativo, porque el efecto es contrario a la capacidad de generar, de crear del ser humano, una capacidad estudiada por psicólogos cognitivos desde los años 70 del siglo pasado. En conclusión, las TIC afectan procesos cognitivos primitivos pero primordiales para avanzar en el camino propuesto por la cita de Whitehead, en especial la memoria y el aprendizaje. Básicamente lo prupuesto por Whitehead no es aplicable a cosas como la memoria de corto y largo plazo, la concentración, el foco, la creatividad, la comunicación interpersonal, entre otros. Son el tipo de cosas que las TIC pueden quitarnos, que las TIC pueden hacer que las perdamos. Y es nuestra obligación como humanos decidirlo, permitir que ocurra o evitarlo y mantener abierta la discusión.
Hay dos ejemplos muy interesantes que Carr expone para soportar sus argumentos: las búsquedas en Google y el uso de herramientas automáticas por parte de los programadores de computadores, capaces de generar código fuente de manera automática. En ambos casos lo que se observa es que la mente se vuelve perezosa. Para el caso de las búsquedas, textualmente Carr cita una entrevista a Amit Singhal, trabajador de Google, quien afirma que "cuanto más inteligente es la máquina, más perezoso es el humano (The more accurate the machine gets, the lazier the questions become)". Para el caso de la generación automática de código, es decir, robots programadores de computadores, Carr cita el blog de Vivek Haldar (herramientas capaces, mentes atrofiadas / sharp tools, dull minds) corroborando la pereza que causan las TIC, incluso en quienes tienen como profesión desarrollar TIC.
Reflexionando sobre los argumentos y evidencias de Carr en nuestra cotidianidad, vemos que los móviles nos han robado la atención, el foco, así como la capacidad de memoria a corto y largo plazo: niños, adolescentes, adultos y ancianos ya no logran memorizar la misma cantidad de datos e información que en otras épocas y tampoco consiguen concentrarse periodos largos de tiempo, incluso cuando no hay notificaciones del móvil. Además, tampoco consiguen crear por sí mismos, no consiguen aprender. Por eso Carr lo llama efecto degenerativo, porque el efecto es contrario a la capacidad de generar, de crear del ser humano, una capacidad estudiada por psicólogos cognitivos desde los años 70 del siglo pasado. En conclusión, las TIC afectan procesos cognitivos primitivos pero primordiales para avanzar en el camino propuesto por la cita de Whitehead, en especial la memoria y el aprendizaje. Básicamente lo prupuesto por Whitehead no es aplicable a cosas como la memoria de corto y largo plazo, la concentración, el foco, la creatividad, la comunicación interpersonal, entre otros. Son el tipo de cosas que las TIC pueden quitarnos, que las TIC pueden hacer que las perdamos. Y es nuestra obligación como humanos decidirlo, permitir que ocurra o evitarlo y mantener abierta la discusión.
ConTICtualizando, hay que aclarar que ésta crítica a las TIC no es una disyuntiva trivial entre el vaso medio vacío o medio lleno, sino que se trata de un llamado a tener la medida exacta del vaso y obrar conforme a esa medida. El problema es que nos volvimos esclavos de las TIC, creemos que las TIC son la panacea, la piedra filosofal y debemos volver a ser críticos pues es allí donde reside el valor de la humanidad. Ésta posición crítica es mucho más relevante y necesaria en ésta época globalizada donde los problemas medievales (como la corrupción) aún no se resuelven. Si seguimos promoviendo TIC por todas partes sin impactar en los problemas de fondo, mucho mas allá que una Paradoja de la Productividad, vamos a convertirnos en esclavos de lo inútil. Lo peor que puede pasarnos es que llegue el día en que se caiga el sistema irreparáblemente y no sepamos cómo reaccionar. Las TIC deben generar progreso, son el vehículo hacia la evolución, pero hay evidencia, desafortunádamente, de que estamos involucionando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario